Lejos de las discusiones chabacanas de los medios y la poca materia gris de los conductores de programas televisos, quisiera enfocarme a otra cosa. La conmemoración de la muerte de uno de los escritores más intensos de las últimas décadas y tal vez el que más ha influenciado en su servidor y en sus "debrayes" existencialistas, en efecto, Albert Camus (pronunciado por algún nerd chocante como su servidor como "camiu"), pero confieso que cuando leí El Extranjero, hace ya varios años, pronunciaba Camus.
Intenso existencialista, (aunque el prefiriera no catalogarse así) sin perder la línea ética, pero con una visión pesimista del medio circundante, aun así el hombre por ética esta obligado a luchar en medio de la desesperanza y el fastidio, en el absurdo método que nos impulsa a levantarnos cada día. Tal vez por eso el protagonista de El Extranjero asesina a sangre fría a otro hombre sin siquiera pensarlo, sumido en su propio absurdo y alineamiento falsario.
Hace casi 50 años que Camus se fue de forma trágica como también matizaba en El Mito de Sisífo, y a pesar de poseer esa visión no perdía la noción de responsabilidad, éste hecho tal vez fue lo que lo llevó a aceptar el premio nobel, cosa que Sartre rechazaría, fiel a su ideología anti-sistema.
Cuando leí El Extranjero, contaba con apenas 18 años, era un púber ingenuo y sumido en los dilemas propios de la adolescencia, sin embargo esa lectura era ya incendiaria, recuerdo que me dejo sumido en una violenta crisis moral-religiosa, comencé entonces a deshacerme de muchas de mis máscaras que conservaba hasta ese momento, muy al estilo del Loco de Gibrán...
Hoy cabe recordar al francés-argelino, y vale la pena ver como hoy también muchos de sus compatriotas lo recuerdan este año.
Saludos y seguimos leyéndonos.
Luis E. Olivares Guevara
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