martes, 6 de enero de 2009

AHORA ERES LUZ


Siempre estaba llena de historias, de niño me agradaba sentarme a su lado para dejar que su magia me desbordara, que sus palabras me contagiaran. A pesar de que aprendió a leer, cuando era mayor siempre fue más sabio que yo y todo mi "conocimiento" aprendido en las aulas, en los libros, en los nombres. Su sabiduría estaba más allá de todo eso, estaba en el sentido común. Tal vez la cosa más escasa de éstos días.

Siempre tenía palabras de ánimo, en cierta forma fue una segunda madre para mí, me cuido mucho años, cuando mi madre tenía que cubrir doble turno, mientras tuvo fuerzas lucho por dar a otros, tal vez es la lección de generosidad más grande que alguien me pudiera dar, fue mi maestra.

Ayer cerró sus ojos y no los volvió a abrir, con ella se fueron tardes de pláticas, de generosidad, de alegría. Se fue mi maestra, mi madre, mi abuela.

Cuando la ví "dormida" con sus manos cruzadas, esperando paciente el último encuentro con los vivos, quise decirle tantas cosas y creo que es el momento cuando aprecias tener a los que quieres con vida, para decirle cosas que más tarde cuando llegue la oscuridad no podrás.

Los últimos días de mi abuela fueron tensos, recién había salido de un derrame cerebral que la había dejado en una silla de ruedas, pero su fortaleza y su fe la movieron a recuperarse en menos de dos meses. Ya se paraba, ya volvía a sonreír, y en efecto la última vez que la ví, una noche anterior, me regaló una sonrisa, como si supiera que no volvería a verla, se fue tranquila, se fue en paz.

Sigo de Luto.

Por tí... Maria Santa Castillo. (1926-2009)

GRACIAS POR TODO

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