Los que vivimos la era de Bush en estado consciente, y plenamente enterados de esa presidencial casi imperial en donde se aplaudía el abuso y se premiaba la infamia, no podíamos esperar a que su periódo terminase ya. Todos recordamos aquel sitio tan famoso en la reelección del expresidente de miles de estadounidenses que con un cártel en la mano se disculpaban con el mundo, tengo que confesar que me conmoví al ver la fotografías de todas las personas de ese país que con sinceridad creían que le habían fallado al mundo, eran familias enteras, jóvenes, niños, ancianos.
Parece que ese época quedo atrás y los ciudadanos del vecino del norte de nuevo confían en sí mismos, la esperanza se respira de nuevo, yo se que no debe ser un propósito explícito de los líderes políticos, sólo un reflejo de lo que su persona representa, sus valores, sus acciones, su historia personal, tal vez su congruencia con su propia carrera política. Y es en este mundo lleno de cinismo y de inmediatez en dónde un personaje como Obama, gana el mayor cargo político del mundo, en un país en donde aún priva el racismo, y en donde la doble moral siempre ha aflorado.
No se trata de un simple mesianismo ni de recurrir a las fórmulas argumentativas de que "todo está mal y nadie es héroe en este mundo", o "el mundo no se arregla en 4 años", porque efectivamente así es, es una obviedad discutir eso, es simplemente el cambio de enfoque, es la vuelta del péndulo hacia lado contrario, sin importar si los efectos son o no duraderos, el cambio era necesario, y por esta razón tenemos que darle el beneficio de la duda, sólo eso, no es una esperanza firmada como cheque en blanco, puesto que la desilusión vendrá temprano, es simplemente saber que después de 8 años de ostracismo es posible tener otra visión del mundo.
Yo por lo pronto no dejó de comparar la ascensión de Obama tan llena de unidad, y la toma de protesta del Sr. Calderón, que diferencia.... que tristeza.
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