EL PERRO QUE VINO DEL MAR

Cuando escuché por vez primera a Sarah Assbring con su voz tenue, casi infantil y con ese ritmo de la época de los 50's del siglo pasado, me pareció escuchar una música de una época distinta a la que parecía emular. El nombre de su grupo, me pareció aún extraño, recuerdo que la escuché como música de fondo de una de las revistas digitales más interesantes de México, Reporte índigo, tal vez para estos días llenos de inmediatez este no valga como un descubrimiento musical "del nuevo siglo", pero a mi me encantó.

Sus letras sencillas, sin pretensiones, aludiendo a pequeños temas o la cotidianidad pero con una alta carga emotiva, como si pretendieran despojarse también de su sencillez.

El lo-fi, como ella autodefine su estilo, a veces meláncolico y otras tantas veces mágico, nos permiten preguntarle a dios, quien quiera que sea si también hemos recibido mucho sin dar algo a cambio.

Los dejo con esta canción desde Suecia para el mundo.

Saludos