En esta sociedad altamente tecnificada, científicamente racional, es inmoral pensar en supersticiones, mitos y extrañezas ufanas que pueden nublar el pensamiento orientado de la modernidad.
Es impensable hoy pensar que los mitos de antaño siguen vigentes, sería de locos pensar por ejemplo "pensar que la virginidad es un valor por sí mismo", "que el color de la piel determina la pureza de la persona", "que el sexo determina el nivel de inteligencia"...etc.
A pesar de que el avance del conocimiento nos ha permitido deshacernos de mitos tan extraños y exclusionistas, también es cierto que nos ha dotado de cierta altanería racional para descartar cualquier cosa que no parezca lógica, o implique argumentos no racionales, es común escuchar a personas de estratos económicos elevados tachar de "ignorantes" a las personas que aun "creen los tamales no terminan de cocinarse cuando alguien se enoja"... etc. Todas aquellas explicaciones no racionales que implican una inconsistencia en el pensar racional.
Suelo guardar silencio ante este tipo de juicios porque tal vez sean las mismas personas que leen sin falta su horóscopo en la mañana, o las que creen que el misticismo es una explicacion válida de los sucesos "inexplicables" de este mundo, o las que confian a soluciones cuasireligiosas, partes fundamentales de su vida.
Si todo fuera simple y llanas manifestaciones de la realidad desde la perspectiva científica, hace mucho que no seríamos más que un simple probabilístico de componentes químicos que conforman la "vida misma" y sin embargo parece que somos más que eso.
Si en efecto, me parecen cómicos los que creen que la intolerancia hacia las costumbres y creencias tradicionales de muchas personas, ya sea mediante palabra o mediante actos, es un medio para destacar cuan apartados están de ese nivel de "ignorancia".
Espéren, me río una vez más.
Estamos en contacto.
Luis E. Olivares
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