Un poco de una serie de cartas que escribí hace mucho... la verdad sólo para hacer plática.
CARTA 22
“Los últimos días” proclaman…desatan entonces la parafernalia vetusta del temor y la ansiedad, encaminada a una liberación que nunca llega, mientras te sujetas del mito religioso para condenar a tu dios al olvido. Festejemos nuestra ruina, que viva el fin de los días, la alegoría que es encrucijada, el “fin de la historia” de Fukuyama, avancemos hacia la ambivalencia maniquea: vivir o morir, salvarnos o perdernos, vida eterna o destrucción absoluta, cielo o infierno. Y los que persistimos críticos e irónicos, nunca pasivos pero desafiantes a esa visión humana que se ha apropiado de todos los temores y hace rehenes a todos los dioses, declarando con voz de profeta que los “únicos mensajeros”, los “esclavos fieles y discretos”, “simientes divinos”, sólo para saberse más ignorantes que cualquiera, y para derramar su arrogancia en los fastos negocios de los cuáles se embriagan de poder.
Para nosotros los inaplacables, los inamovibles, a nosotros nos queda la “justa” sentencia de estar con ellos o estar contra ellos; ellos los religiosos que han privatizado la bandera de dios para hacerse más fuertes, y es que el poder seduce y corrompe, por eso estoy aquí fingiendo demencia para evitar que el poder endulce mi voz y me devore entero con toda mi miseria.
Luis E. Olivares
Feliz fin de semana
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