Revisando las notas curiosas del día, me encontré con una de AP, cuyo titular decía "Planeta suicida se precipita hacia su propia estrella". Ay, esa costumbre de hacer más cálidas las palabras, las frases, las historias, con metáforas a lugares comunes del hombre. Siempre buscando pertenencia ante un mundo y un universo que aún nos despiertan temor y una extraña reverencia, principalmente por las cosas que ignoramos. La idea de un "planeta suicida" se convierte pues, en una imagen ya antropomorfizada por nuestra propia necesidad de pertenencia.
Pensar también en una "tecnología amigable", en un "planeta sufriente", en una "triste tarde" o un "alegre domingo", como si cada trozo de nuestra historia personal y aún de nuestra historia colectiva nos pareciera exxtraño, tanto que para evitar ese miedo precoz decidamos por unanimnidad implícita que forma parte de nuestro propio ser, un ser que curiosamente es el único en el planeta capaz de modificar negativamente su entorno.
Salve oh gran homo sapiens... antes de que la computadora adquiera tintes de asesina de su propio creador, sino físicamente al menos por el olvido y cinismo por el que muchas veces nos conduce, tan alejados de nuestra verdadera humanidad.
Luis E. Olivares
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