lunes, 17 de agosto de 2009

SIN NADA QUE DECIR

Hace ya rato que no veo a una vieja amiga de años, la última vez la invité a un conocido museo de ciudad universitario, ese en donde puedes "tocar, jugar y aprender", así que la semana pasada que la volví a encontrar me pareció encontrarme con los día de escuela, las llamadas para las tareas, los trabajos de equipo, las exposiciones y sin olvidar que siempre me pareció muy simpática, y muy pero muy guapa. No tuve nada que decirle, solo apareció mi increíble torpeza con las mujeres, pero le sonreí y eso fue más que suficiente para que sacara todas las palabras guardadas por años precisamente para ese encuentro.
Que si se casó, que ya tenía una hija, que se divorció, que vive sola, que detesta a su ex-pareja, que su hija es la más linda de todas, tuve ganas de invitarla a cenar pero supuse que tendría que cuidad a su hijita puesto que iba sola, en ese momento miles de pensamientos pasaron por mi cabeza... pero nada que decir, sólo otra sonrisa, esta vez más pícara, y sólo un "me da un placer verte de nuevo".

Viendo su reloj se depidió tan pronto como pudo, me abrazó muy fuerte y me besó en la mejilla, y yo de nuevo... nada que decir... estúpido de mí... al menos pude preguntarle su teléfono y su celular, prometí llamarle... aunque me pregunto si cuando lo haga tendré algo que decir... no lo sé... tal vez sólo una sonrisa para sus oídos...

Luis E. Olivares

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