Apenas podía conciliar el sueño, habían pasado 12 días desde que la lideresa magisterial había sido asesinada, y una pequeña parte del mundo político se derrumbaba. De nada había servido el bajo perfil que había mantenido el último año, el 2010 acabaría abruptamente con su liderazgo vitalicio que ella misma había promovido. Sus lujos, sus "hummers", todo quedo atrás en un instante.
La mañana era fría a pesar del mes, yo iba al trabajo desganado, con sueño, con miles de pensamiento trastocando mi mente. Apenas había entrado a la oficina, escuchaba la noticia que acabaría de derrumbar al sistema político mexicano, era una especie de justicia maquiavélica, tétrica, extraña. El líder del sindicato del petróleo mexicano, caía asesinado cuando se dirigía a una junta sindical aquella mañana, la hora fue el factor sorpresa, todos los movimientos estudiados, aparentemente era el golpe perfecto, pero aquel infeliz también caía muerto, presa de las balas de aquellos "guaruras" que no pudieron evitar la bala homicida. Entonces se quedaron muchas dudas, y las nubes grises nublaron la visión de todos. El presidente azul, temblaba, en las pocas veces que apareció en la televisión, aquella prostituta vacía de los medios, se le veía débil, intentando aparentar una firmeza que ya no tenía, sus palabras apenas eran articuladas, sus frases en medio del miedo se perdían. Su investidura se tambaleaba.
No se por qué me dejó de preocupar por un instante el llamado a la unidad que dijó dos días después del asesinato del líder sindical, ya me sentía fuera de sí... todo comenzaba a perder sentido. Entonces vino lo peor y tal vez el sentido en medio del terror fue recobrado.
Entonces fue un relámpago de respuestas para que en unos instantes el país cayera en la oscuridad.
Continuará...
Luis E. Olivares
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