Pensar que hablando no sólo se entiende la gente, y no sólo como premisa básica de nuestra humanidad, sino por nuestra capacidad que tenemos al moldear las palabras para que transmitan distintos mensajes aún si el signo escrito o hablado es el mismo. Importa comunicarnos cuando el silencio se convierte en un mal que no se necesita, importa hablar de lo que nos molesta, cuando callarnos equivale a la aceptación quieta y mediocre, importa gritar cuando algo que nos duele o nos atormenta es ya un mal colectivo. Que la crítica y la propuesta deben casarse, está perfecto, pero que la crítica también es necesaria, aunque venga soltera, eso también es parte de nuestra humanidad.
Por eso las acciones de organizaciones como Greenpeace me parecen atinadas, porque hablar cuando nuestro futuro a mediano plazo es gris, es acertado, si quieren pueden expresarse también para "pintarle la raya al cambio climático". Yo la lo hice, ustedes pueden hacerlo aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario