Estaba en la prepa, era un nerd estudioso... ya saben, metido en la biblioteca hasta tarde, tomando clases extracurriculares, participando en debates, círculos de lectura, confrontas políticas. Fue cuando un nerd igual que yo, me prestó un cassette de La Negra, eran los tiempo en que comenzaba a gustarme también Silvio Rodríguez y Aute, su voz profunda, melodiosa, me relajaba y al mismo tiempo me crispaba la energía aturdida de mi juventud.
Ayer se fué de este plano, doña Mercedes, la Negra, la Cantora más célebre del folclor latinoamericano, la argentina más conocida, ahora es una leyenda más.
Les dejó una canción que sin rayar en la cursilería inmediata, alguna vez me hizo llorar. Y si bien, el concepto de Dios cumple las veces de la suerte estadísticamente hablando, siempre parece una palabra en donde suelen descansar lo bueno que hay en nuestra humanidad.
Seguimos leyéndonos
Luis E. Olivares
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