No creo haber sido de las personas que ven con frecuencia hacia un futuro promisorio, tal vez porque no pienso mucho en esa palabra, a veces parece que me gusta más el pasado, sin necesidad de "vivir en él". El futuro es la suma de visiones presentes, las voluntades extendidas, los sueños aterrizados a palabras.
Frecuentemente cuando intentamos pensar en el futuro pensamos en la incertidumbre de nuestro paso, o si somos más colectivos, de la humanidad misma. A esta definición se suman los futurólogos como predicadores modernos del culto a esa palabra un tanto molesta, como suele ser molesto aquel que cuenta el final de la película el día del estreno, pero que más da.
Cuando leí hace unos años a A. Toffler, pensé que mis incertidumbres juveniles habían terminado, y no... después me di cuenta de que también los nuevos sacerdotes podía equivocarse, lo cierto es que de nuevo Toffler parece asustar a los fantasmas del futuro, solo para traerlos al presente tan incomprendido y a veces tan odiado.
Si no lo creen, chequen este link http://enpositivo.com/200906122418/ciencia-y-tecnologia/iun-big-bang-mayor, tal vez podamos llevar a ver aquella tan deslumbrante visión del futuro, de este hombre que durante gran parte de su vida, le ha rendido culto a esa palabrilla. ¿Será cierto que en unos cincuenta años seremos más sabios? No lo sé soy algo escéptico.
Bueno. Feliz inicio de semana.
Seguiremos leyéndonos.
Luis E. Olivares
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